Agua mal repartida

Dania Pérez Lara, residente en Calle 9 este No. 33, Siguaney, Taguasco, remite a esta columna una misiva en nombre, dice, de los que allí aún confían en que se les apoye en la solución de los problemas. “Comienzo diciendo que reconozco la labor de las instituciones en el afán

Dania Pérez Lara, residente en Calle 9 este No. 33, Siguaney, Taguasco, remite a esta columna una misiva en nombre, dice, de los que allí aún confían en que se les apoye en la solución de los problemas.

“Comienzo diciendo que reconozco la labor de las instituciones en el afán de que llegara agua a la localidad de Siguaney desde Tuinucú. Pero también quiero advertir que esta no fue la solución, pues en la actualidad el suministro de agua a las zonas adonde esta llega es incierto en cantidad y tiempo de bombeo, sin que las autoridades competentes tengan respuesta precisa sobre el tema”, narra la lectora.

Según considera Dania, en momentos como este poner orden y disciplina en el reparto de agua por pipas proporciona equidad en la distribución del líquido y permite evitar situaciones como las que se están dando en la actualidad. Según afirma, hay en ese poblado quien puede pagar a “piperos” que trabajan con el combustible del Estado, en detrimento de quienes no están en posibilidades de hacerlo.

“Dejar en manos de los ‘piperos’ la responsabilidad de repartir agua por zonas también incita al desorden, pues ellos no tienen la autoridad suficiente para enfrentar situaciones que disgustan a la población. La presencia de personal con autoridad para tal labor se ve poco, aunque no es nula, pues en la zona cercana a la fábrica, conocida como Barrio de guano, el delegado respondió a los pobladores y explicó la situación. De conjunto con Acueducto logró repartir moderadamente el agua con que contaban, pero eso ha faltado en la mayoría de las zonas”, especifica la remitente.

Ella sugiere, textualmente: “Establecer fechas exactas de inicio y fin del bombeo a la población de Zaza- Siguaney desde Tuinucú, tener bien definidas las zonas adonde no llega el agua e informar la periodicidad con que se va a hacer llegar en pipas, así como la cantidad a distribuir…”.

ENFERMO Y EN TIERRA DE NADIE

Al debutar con una enfermedad renal crónica en junio del 2007, el joven Yasmany Molinet Rodríguez, residente en calle 26 No. 5, en el reparto Las Charcas, Jatibonico, comenzó a recibir certificados médicos, hasta pasar por la Comisión Médica, que sugirió moverlo a otra plaza.

Según refiere en carta a esta sección, es obrero agrícola de la Unidad Básica de Producción Cooperativa La Vega, entidad que no contaba con esa posibilidad. Cuenta que fue trasladado, sin su consentimiento, para la Agricultura Urbana del municipio, donde le informaron, al presentarse, que allí no tenían ninguna oferta y, en consecuencia, no podían pagarle salario.

“Entonces me dirigí a la Dirección Municipal del Ministerio de Trabajo y me dijeron que esperara una solución, pero la respuesta demoraba. Ante tal situación, decidí presentar mi caso a la Fiscalía y allí también me dijeron que debía esperar, que diera un número de teléfono donde localizarme y fuera para la casa. Hasta los días de hoy”, apunta el remitente. Asegura llevar más de un año y nueve meses sin remuneración alguna y encontrarse, debido a su enfermedad, en tierra de nadie. ¿Quién responde?

Delia Proenza

Texto de Delia Proenza
Máster en Ciencias de la comunicación. Especializada en temas sociales. Responsable de la sección Cartas de los lectores.

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