Sancti Spíritus: ¿Por dónde pasó Irma?

Estudios meteorológicos oficiales reflejan que en la provincia solo Yaguajay quedó en el radio de acción de los vientos huracanados Pudiera pensarse que a los tres meses del azote del huracán Irma poco importa conocer las indagaciones de la Meteorología que, como la ciencia más autorizada en la materia, siempre

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 Mapa confeccionado por el Instituto de Meteorología sobre la trayectoria oficial de Irma.

Estudios meteorológicos oficiales reflejan que en la provincia solo Yaguajay quedó en el radio de acción de los vientos huracanados

Pudiera pensarse que a los tres meses del azote del huracán Irma poco importa conocer las indagaciones de la Meteorología que, como la ciencia más autorizada en la materia, siempre sigue el rastro antes, durante y después a estos eventos naturales para conocer su comportamiento y, hasta donde lo permitan las investigaciones, determinar su trayectoria y estudiar el real impacto de los procesos físicos principales: el viento, la lluvia y el oleaje.

 

No se trata de anular o restarle importancia ni a uno solo de los daños ocasionados por el ciclón, porque la huella de la afectación quedó en gran parte de la geografía espirituana y fue bien evidente en áreas de la infraestructura socioeconómica.

Entre miles de estragos, las ráfagas de Irma fueron capaces de talar la hasta entonces indomable arboleda de los Lagos de Mayajigua, partir 12 columnas de hormigón en el Centro Porcino Carbó II, derribar tendidos eléctricos y telefónicos y poner a volar techos lo mismo en Yaguajay que en Sancti Spíritus, Taguasco, Jatibonico, Fomento o Casilda.

Para la inmensa mayoría de las personas este ciclón ha sido lo más soberbio que han conocido. “Sonaba como una maldita sierra eléctrica”, “Parecía que a las paredes les daban con una mandarria” y “En Mayajigua el viento chiflaba”, fueron expresiones recurrentes por esos días. Pueden tener razón, sin embargo, la provincia nunca ha sido azotada por un huracán de gran intensidad, de ahí que no existe la percepción real de un impacto de esa magnitud, entonces cualquier comparación parte de la memoria meteorológica individual.

En las pesquisas conclusivas sobre el paso de Irma de los especialistas que mayor seguimiento dieron al evento, se establece entre las apreciaciones que solo el municipio de Yaguajay quedó en el radio de acción de los vientos con fuerza de huracán.

“Ese impacto llegó prácticamente hasta Jarahueca; en el resto de la provincia los vientos fueron de tormenta tropical, hasta 118 kilómetros por hora (km/h), con rachas de hasta 130 kilómetros; pero lo que de verdad afectó al territorio fue la persistencia durante más de 36 horas de las bandas espirales con vientos fuertes del suroeste y abundantes lluvias”, precisó el meteorólogo Freddy Ruiz.

Añade que en su trayectoria el ciclón disminuyó su desplazamiento en las proximidades de Cuba con pequeñas oscilaciones que lo acercaron y alejaron a la costa en varias ocasiones, comportamiento asociado a procesos meteorológicos, a la propia topografía de la línea costera y al movimiento trocoidal (oscilaciones propias de los huracanes de gran intensidad).

“Todo lo cual hizo, precisamente, al acercarse al norte de Sancti Spíritus, una inclinación que lo separó de la ciudad de Yaguajay y, al mismo tiempo, favoreció al territorio porque los daños pudieron haber sido mayores”, resaltó el especialista.

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Gráfico que refleja cómo afectaron a la provincia los vientos del huracán.

Como el municipio de Yaguajay no cuenta con estación meteorológica, la evaluación de los vientos se realizó con los datos de las estaciones más cercanas, principalmente la de Caibarién, en Villa Clara.

Aseveran las investigaciones que en Fallas, Ciego de Ávila, los vientos máximos sostenidos alcanzaron los 200 km/h y ráfagas sobre los 256; en Caibarién se midieron vientos máximos sostenidos de 158 km/h y rachas de hasta 226 km/h.

Según los estudios, todo indica que el norte espirituano siempre estuvo separado del ojo del huracán y lejos del alcance de los vientos que ocurren en el sector derecho del ciclón, los más fuertes.

Aunque “parecía que Yaguajay se iba del mapa”, como narró una lugareña, y que nada allí resistiría la furia de Irma, a muchos asombra que los viejos caserones de la calle Real siguen en pie, que los tejados ni se enteraron del paso de evento.

Es cierto que miles de viviendas fueron dañadas y otras destruidas, pero si nos apegamos a la objetividad puede afirmarse que, desde el punto de vista estructural, la mayoría se encontraba en mal estado y con debilidades técnicas en los sistemas constructivos, como suscriben especialistas de esta materia.

También es cierto que en los mismos lugares de los daños hay casas de tabla que resistieron, planchas de techos que sin sacos de arena encima no volaron y hasta viviendas apuntaladas que soportaron el embate.

A partir de diferentes datos del sistema meteorológico, de los registros de las estaciones más cercanas, de los daños observados in situ por especialistas del Centro Meteorológico Provincial y de las diferentes escalas utilizadas para tales cálculos, se estimó que los vientos máximos sostenidos sobre el municipio de Yaguajay fueron de diferentes intensidades.

De acuerdo con estos estudios, se consideró que en las zonas de Nela-Mayajigua y Carbó-Narcisa, los vientos sostenidos oscilaron entre 150 y 165 km/h, con rachas de hasta 220 km/h; en tanto en la parte central del municipio y en la propia localidad de Yaguajay se calcularon vientos sostenidos entre 130 y 150 km/h, con ráfagas de hasta 180 km/h.

Más allá de los datos científicos aportados, lo cierto es que cada quien miró a Irma desde su percepción personal y, sobre todo, a partir del daño apreciado en cada lugar. Para el que perdió el techo y hasta la vivienda completa; para el que vio las descomunales crecidas de ríos y arroyos, para todo el que soportó la angustia de tantas horas seguidas de vientos sin parar, este huracán fue el acabose.

Aunque Irma nos dejó la peor de las impresiones y una dolorosa huella destructiva en el fondo habitacional, el impacto mayor de los vientos se expresó más en la vegetación de todo tipo que en lo estructural, de manera que no representó para Sancti Spíritus — ¡enhorabuena!— el azote de un huracán de gran intensidad, calificativo que sí alcanzó la lluvia asociada, pues bastaron dos días de abundantes precipitaciones para ahogar la sequía que tenía la provincia.

Estación meteorológica Viento máximo

sostenido

(promedio en 10 m.)

(km/h)

Viento máximo

Sostenido

(promedio en 1 m)

(km/h)

Racha

máxima

(km/h)

Sancti Spíritus 95 83 130
El Jíbaro 87 77 117
Trinidad 84 74 115
Topes Collantes 80 71 110

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

2 comentarios

  1. cya esta noticia es vieja, pero con todo respeto quiero discrepar en el sentido que vientos de 160 km en rachas tenia el huracan Kate cuando en 1985 paso por aca y en el Irma la fuerza del viento era MUCHO MAYOR se sentia y por la gran destruccion que esta genero…¿que los tejados ni se enteraron?? hoy 31 de enero camine por Yaguajay y mire a los techos y vera cuantas tejas corridas, caballetes sin tejas y tejados revueltos hay aun…
    aqui en el mismo Yaguajay el viento sustenido estuvo en 200 por lo menos, sobre las 7 de la mañana del sabado del ciclon soplo una rafaga fuertisimna que todo el mundo luego hablaba de ella…
    y sobre las casas de madera que resistieron…si es cierto pero resistieron LAS CUARTERIAS….y una cuarteria aguanta muchisimoo…

  2. Lo que quiere decir qe si el huracan hubiera tocado Cuba como lo hizo en Puerto Rico no hubiera quedado ni donde amarrar la Chiva. Fuera de Yaguajay lo que sucedio fue mas bien el azote de vientos platanero. Eso debe de dar una idea de lo que hubiera pasado si realmente un huraccan de gran intensidad cruza por el centro de la provincial, tal y como sucedio en Sgo de Cuba, que pese a lo que dicen las informaciones oficiales aun tiene una gran parte que fue destruida y aun espera por ser reparada.

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