Cuando las bolas suenan…

Las bolas crecen porque encuentran abono en las escaseces cotidianas, en las debilidades humanas y lo más malsano de todo es que casi siempre logran hacerse creíbles

sancti spiritus, tiendas recaudadoras de divisa, tiendas caribe, comercio y gastronomia
Las bolas casi siempre encuentran eco en las tiendas.
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Las bolas casi siempre encuentran eco en las tiendas.

Basta solo una conjetura lanzada en una esquina cualquiera para que el polvorín comience a explotar de boca en boca, de calle en calle, de pueblo en pueblo… Y la madeja se va tejiendo, a veces, con hilos cotidianos y se enredan —por lo general casi nunca sucede lo contrario— en dependencia de las circunstancias.

Son bolas, polvaredas de rumores que abundan más que los argumentos que se esgrimen. Sí, porque pocos me refutarían: nadie como los cubanos para echar a andar un chuchuchú.

Siempre hay alguna suposición rondándonos. Hace pocos meses la más reciente de las bolas picó de un lado a otro: que si las colchas de trapear se acabarán de cuajo, que si el jabón va a desaparecer y se volverá a lavar con maguey, que si una docena de productos pasará a la Libreta de Abastecimientos, que si regresan los apagones para nuevo año, que si Suchel Camacho S. A. cerró…

Lo peor es que casi siempre encuentran eco en las tiendas, no sé si por furtiva coincidencia o por el empedernido desabastecimiento: cuando hay detergente no hay pasta o si hay aceite falta el desodorante. Lo más malsano de todo es que casi siempre logran hacerse creíbles.

No es pura habladuría. En un intento, quizás, de desmitificar tales murmuraciones, en traje de cliente pero con la agenda reporteril a cuestas, traté de hallarles respuestas a los presuntos sinsentidos. ¿Y no va a entrar más el desodorante de a dólar? ¿Aparecerán las frazadas de piso? ¿Hay suficientes jabones?

En más de una tienda recaudadora de divisas —porque generalmente es donde se expenden con mayor asiduidad estos productos— las explicaciones pasaron de “depende de las importaciones” al socorrido “no sé”. Allí mismo frente al mostrador descreería la necesidad de aquella señora de comprar 20 jabones “porque se iban a perder” mientras la dependienta le aseguraba que los almacenes estaban repletos y lo cierto es que no han faltado hasta hoy.

Tiempo atrás, directivos del Grupo Empresarial de Comercio Sancti Spíritus admitían en la prensa que, por lo menos, el déficit de colchas de trapear —en referencia a las que se venden en las redes de tiendas por moneda nacional— no era simple alharaca, sino una realidad.

Fue, tal vez, excepción, porque escasean las respuestas de las autoridades en los medios de comunicación, aunque algunas veces abunden las interrogantes reporteriles para aclarar un asunto de tal índole. No obstante, se han dado casos: cuando el murmullo exacerbó la inminencia del cambio de moneda y el Banco publicó una nota desmintiendo el hecho o cuando la gente comenzó a decir que los CUC comenzarían a cotizarse a 18 pesos y Escambray esclareció con los propios jefes de las Casa de Cambio (Cadeca) que la tasa de cambio no se modificaría o cuando se limitó la venta de gasolina especial y Cimex accedió a explicar el hecho.

Son agujas dentro de un pajar. Porque, por lo general, ni las autoridades se sienten en el deber de desmentir ni la gente se cree en el derecho de callar ni la prensa acostumbra a atajar murmullos.

El día a día lo ha ido demostrando: las bolas —que pueden ir desde decir que se están llevando niños de una escuela hasta vaticinar que se abolirá la Libreta de Abastecimiento— crecen porque encuentran abono en las escaseces cotidianas, en las debilidades humanas, en las crisis tan cíclicas de nuestra economía.  

Lo que fastidia es que la desinformación siga siendo un terreno fértil para engordarlas y que, a la postre, la gente continúe creyendo —como lastimosamente sucede— que cuando las bolas suenan, certezas traen.

Dayamis Sotolongo

Texto de Dayamis Sotolongo
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

8 comentarios

  1. Muy bueno este articulo, deberían otros periodistas cubanos tomar el ejemplo de la Srta. Dayamis, que es muy profesional en todo lo que escribe, felicidades por este fin de año y un próspero 2019 para ella y para toda la redacción.

  2. Al fin hoy puedo leer este magnífico artículo, pero lo que no es bola es y de forma reiterada se refiere a la calidad del pan. Pienso y es duro decirlo, que para entregar a la población lo que se está elaborando, sería mejor decir que no hay. Compañeros, ni los perros se lo comen por el mal olor, la presencia, etc. alguien me puede responder ¿que se le está dando a los niños de merienda y de desayuno?. Considero que los personajes que deben atender la alimentación del pueblo deben revisarse, cambiarse porque con la comida del pueblo no se juega como han expresado los dirigentes de este país. me recuerda al programa Dossier cuando su conductos comenta acerca de algo que se habla siempre y no se resuelve: BLA, BLA,BLA…..

  3. Muchas gracias por publicar este sencillo pero con sentimiento,comentario,me gusta leer los periódicos nacionales provinciales para saber los progresos y dificultades de Cuba,contento cuando veo los éxitos
    Y les digo una observación,para mí y unos amigos que los hemos comentado Uds esta páginas digitales son las más profesionales,en ética ,calidad y muy objetiva ya que toma con valentía y muy acertada los problemas de su provincia ,
    Ej que deberían seguir los demás colegas de otras provincias,felicito a los periodistas ,y ejecutivos
    LES DESEO UNA FELIZ NAVIDAD Y FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

  4. Felicito a la Sra periodista por tan excelente reportaje reflexión,.ya que es la pura realidad que está viviendo el pueblo de Cuba,con sus escaseces,y lo más dañino es la falta de información sobre la situación de los alimentos,ropas ,piezas de aseo
    Etc,y se hacen los artículos y en la mayoría de los casos no aparecen los responsables ni los autores de las deficiencias un ej palpable el caso de la harina y las piezas de respuestas para los molino,cosas según el diario Granma se veía venir sa situacion ,compra de 30 mil toneladas y el déficit de 40 mil,y las personas preguntan si vieron eso cómo esperan. Hubo negligencia en hacer el cálculo ,transporte por barcos etc,hace 20/30 años que están con el problema de la siembra de la caña,variedades óptimas,ahora se dan cuenta que tienen que sembrar más canas para fabricar en periodos de más de 100 días y son las mismas caras que dirigen esos proyectos ,conclusiones no se ve la luz al final del túnel,los médicos,ING ,técnicos etc saliendo del país para resolver sus problemas económicos ,saciables ,es triste pues no es el esfuerzo lo que se evalúa si no los resultados,

  5. La bola es el resultado de la falta de información y el secretismo aque inunda todo los medios..Por ejemplo..Que pasa con las medicinas y el pan?..

  6. Una bola creíble: las autoridades que pueden deshacer los malsanos rumores nunca se pronuncian diáfanamente en los momentos oportunos y en cuantos instantes resulten convenientes, en torno al entuerto en gestación. De aquí que el que calla, asiente y con tal silencio, refuerza el chuchuchú popular.

  7. Buen articulo. Una triste realidad lo de las bolas.

    Dicho eso, las bolas ruedan porque en su mayoria traen detras un punto de verdad. Fijense que si se echa a rodar una bola diciendo que «CIMEX va a empezar a vender autos Toyota a $15,000 CUCs» nadie se lo cree y esa bola muere pronto. Si se echa a rodar la bola que «todos los cubanos van a poder viajar a USA sin visa» nadie se lo cree.

    Ahora, sale una bola diciendo que «se van a acabar los pericandiles» y todo el mundo sale corriendo a comprar pericandiles por docenas.

    Y yo me pregunto, por que sera que nos creemos esas bolas? no sera que de cada 100 bolas, 99 resultan ser ciertas?

  8. Colchas de limpiar que en cualquier país sobran a solo 89 ctvos la pieza….

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