Jatibonico espera por agua potable (+fotos)

Mireya y su familia saben que a determinadas horas del día habrá agua en las redes que abastecen la vivienda, pero para beber solo confía en la de pozo, ya que la que llega está clorada y limpia, pero no del todo potable hasta que no se culminen los trabajos en la Planta Potabilizadora, imprescindible para echar a andar el acueducto de Jatibonico.

La obra hidráulica comenzó a instalarse en el 2011 con financiamiento de Cuba y la Agencia Española de Colaboración Internacional para el Desarrollo (AECID). Imprecisas o no, las noticias de la llegada a la fase final ya datan de más de un año e incluso estuvieron en fase de prueba algunos de los equipos que deberán bombear hacia la ciudad a fin de comprobar las redes de mayor carga hidráulica y dio la posibilidad de corregir salideros en interconexiones, muchas de ellas colocadas cuando se iniciaron los trabajos hace alrededor de una década.

“El proyecto está a un 98 por ciento de ejecución de las redes y de la Planta Potabilizadora. Aunque están casi terminadas las redes internas, faltan por colocar 2.5 kilómetros en el centro urbano y otras seis locaciones en la periferia que se entregaron y ya tienen valor de uso, explicó Osmel Abreu Vidaurreta, director del Proyecto Acueducto de Jatibonico.

JATIBONICO RECIBE AGUA TRATADA

La inversión forma parte de un proyecto en el que, además de Recursos Hidráulicos como inversionista y la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado Sancti Spíritus, han estado involucrados en la ejecución la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus, la Empresa de Servicios Técnicos Industriales (ZETI), una entidad perteneciente al Grupo Azcuba, la ECOI-25  de Villa Clara, la Empresa de Mantenimiento y Reparación de Obras Hidráulicas (EMROH) y Panelec.

La obra, que incluye la colocación de 85 kilómetros de redes, está valorada en unos 14 millones de pesos en ambas monedas, tendrá una capacidad de bombeo de 360  litros por segundo y beneficiará a unos 25 000 habitantes de todo el poblado y de las industrias ubicadas en el municipio a partir de un suministro de agua potable con la calidad requerida.

“La fuente de abasto es la presa Lebrije, de ahí la conductora lleva el líquido a un decantador primario donde se clora y se le añade  sulfato de alúmina e hidrato de cal, pasa por una cuba y después a los filtros hasta la cisterna donde se bombea a la población que, no obstante, para su consumo debe hervirla. Cuando la planta esté ciento por ciento operativa, el agua puede consumirse directamente de los grifos. Para su puesta y funcionamiento todavía restan por instalar algunos aditamentos para los filtros”, explica Rolando Rodríguez Quincoses, director de la Planta Potabilizadora de Jatibonico.

Para la puesta en marcha de la Planta Potabilizadora con todas las de la ley faltan todavía algunas tomas y accesorios eléctricos, que deben importarse, aun cuando ya se está prestando servicio a la población.

LA OPERATIVIDAD DEPENDE DE RECURSOS

“A la planta le faltan cables eléctricos que estuvieron disponibles en el lugar, pero fueron objeto de un delito de hurto; estos deben importarse y no han llegado aún al país”, asevera Osmel.

Cuando exista esa capacidad de bombeo será posible llegar hasta unos 35 000 habitantes en los próximos 10 o 15 años, de acuerdo con el crecimiento demográfico y, según los expertos, posibilitará entregas a otros poblados como Zaza del Medio, Tuinucú, Siguaney y Las Yayas.

“De llegar a tiempo los recursos que faltan se pueden comenzar las primeras pruebas de la explotación del acueducto y luego pasar a la puesta en marcha después de corregidos los salideros que existan a lo largo de los más de 85 kilómetros de redes”, aclaró Genrry Muro Ulloa, al frente de la Dirección de Inversiones de del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) en Sancti Spíritus.

Para los jatiboniquenses ha sido larga la espera, y crece la preocupación por el abasto, sobre todo en tiempos de sequía cuando hasta los pozos, una fuente tradicional en ese municipio, se escurren, por lo cual urge poner punto final a una inversión que a la larga se diseñó para suministrar agua saludable a Jatibonico y un poco más allá.