La casa de Noris, el colegio de San Fernando (+foto)

En esa localidad del sur de La Sierpe, una familia abrió de par en par las puertas de su vivienda para acoger un colegio electoral, como sucedió en otras partes de la provincia espirituana

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Este domingo la casa de Noris y Eusebio volvió a servir como colegio electoral. (Foto: Nicolás Hernández).

A Onoria Hernández Valdivia, más conocida por Noris, la llamada telefónica la sorprende allá, en San Fernando, un sitio localizado, terraplén adentro, entre Mapos y Natividad, al sur de La Sierpe, donde las semillas de arroz germinan solo de tirarlas en las terrazas, claro, si son bendecidas por el agua.

Al inicio, ella duda para responder; entonces, la dejo tomar las riendas de la conversación y me lanza las preguntas una a una en son de periodista, para corresponder con la expresión popular de los pájaros tirándole a la escopeta.

—Oiga, ¿por qué me llama, si he hecho lo mismo de todas elecciones?

Este domingo la casa de Noris y Eusebio volvió a servir como colegio electoral, uno de los 40 habilitados para la realización de los comicios nacionales, convocados para elegir a los 470 diputados al Parlamento por cinco años; entre ellos, dos en representación de La Sierpe: Yilian Díaz Meneses, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, y Jorge Luis Aneiros Alonso, al frente de la Unión de Historiadores de Cuba.

“Todos ellos son gente buena, preparada”, me comenta Noris y, poco a poco, se va acomodando a las interrogantes.

Esta vez, en La Sierpe tres viviendas devinieron centros de votación.

Asegura que a San Fernando prácticamente lo que le queda es el nombre; hoy apenas sobreviven cuatro casas. Mas, a esta mujer, de 58 años, de allí no hay quién la arranque. Y se ufana en decir que 40 años atrás llegó a la zona procedente de Ciego Caballo, Jatibonico, y dedicó su vida a trabajar en comercio y gastronomía.

Relata que cuando anuncian la celebración de elecciones en Cuba, ella espera la llamada, en cualquier momento, del presidente del Consejo Electoral Municipal, Alberto Cabrera Calzada, para conocer la disposición de acoger el colegio electoral.

Esta vez, en La Sierpe tres viviendas devinieron centros de votación (una de estas en Boquerones 1 y otra en Guanalalto), como sucedió en otras 54 de la provincia de Sancti Spíritus, por no existir alguna entidad estatal en el área para asumir tales funciones.

“Siempre podrán contar con nosotros”, sentencia Noris, quien fungió como presidenta de su colegio, el número 2 de la circunscripción 7, adonde acudieron a votar, además, los electores de Aguachile, un batey próximo.

Es lo último que me dice esta sierpense y le agradezco su tiempo; sin embargo, cuando menos lo espero, vuelve a envalentonarse.

—Discúlpeme, ¿cómo me dijo que usted se llama? ¿Y quién le dio mi número de teléfono?

Sin sentirme ofendido, le reitero mis generales, y dejo más tranquila a Noris, quien jamás creyó que leería su nombre en un periódico, porque reitera que brindó su casa para colegio, “como toda la vida”. Y como si estuviera oyéndonos, un gallo deja escapar su límpido cantío en el amanecer de este domingo en el patio de esta mujer, plantado de mangos y pulposas chirimoyas.

Enrique Ojito

Texto de Enrique Ojito
Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida (2020). Máster en Ciencias de la Comunicación. Ganador de los más importantes concursos periodísticos del país.

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