Ángel Poza Gutiérrez: estrella de la Ortopedia (+ fotos)

Este médico espirituano ha sentado cátedra en la especialidad y ha extendido sus saberes a otros sitios del mundo

Ángel Poza: “A algunos pacientes los devuelves, literalmente, a la vida”. (Fotos: José Lázaro Peña y Cortesía del entrevistado)

Sabía muy bien en el momento preciso de elegir la carrera de Medicina, pero no imaginó que sería uno de los más brillantes ortopédicos de la provincia y posiblemente del país.

Fue hace más de medio siglo cuando el pequeño Ángel Poza Gutiérrez, allá por una finca de Jatibonico, recibió huesos humanos a través de un amigo de su padre.

Aquel pequeño transformó el extraño (y para algunos macabro) regalo en el presente donde se acumulaba toda la curiosidad del infante y, día tras día, apelando a su buena memoria y a la cultura media de aquel campesino devenido maestro, memorizó enrevesados nombres óseos en español y en latín.

“La Medicina no habría llegado a mi vida de ninguna otra manera. Soy de procedencia campesina y en mi familia no había nadie que fuera médico. Aquel gesto curioso sembró en mí las ganas de conocer el interior del cuerpo humano”, comenta el especialista.

Era de esperarse: una vez terminados sus estudios de bachiller, matriculó la profesión por la que los romanos veneraron a Esculapio y cursó sus primeros cinco años en Villa Clara, hasta que ofertaron especialidades directas de Medicina Interna y Ortopedia.

“A mí cualquiera de las dos me gustaba, pero me decidí por la segunda por dos razones fundamentales. Primero, me cautivó desde las rotaciones y, segundo, puede que, por mi origen, siempre me incliné por resolver problemas con mis manos. El clínico maneja grandes volúmenes de información, pero generalmente no opera ni realiza intervención manual”.

Culminó esta etapa en el año 1986 y fue a trabajar en un hospitalito de Yaguajay. Allá hizo su postgrado. “La experiencia —describe— fue singular porque cuando estás en una instalación grande no ganas en independencia. Siempre hay algún especialista que te apoya, te asiste, te protege y te guía, pero cuando estás solo tienes que tomar decisiones difíciles y sin consultar.

“Y tienes que ser osado y tener determinación: hay padecimientos que no existen en los libros y con los cuales, para salvar al paciente, hay que jugarse el pellejo”.

Hace uso del dilema taoísta del eterno aprendiz y diserta sobre cómo la Medicina es un proceso de aprendizaje que no culmina cuando se recibe un papel opalino que habilita como doctor.

“No es blanco y negro, sino que, cada día, con la consulta constante de las fuentes y la experiencia acumulada de tratar centenares y centenares de casos, es que se llega a ser un mejor especialista. ¡Ah!, y de aprender de todos los que trabajan contigo”.

Poza comparte una fotografía de su despacho en Catar.
Poza comparte una fotografía de su despacho en Catar.

Durante casi medio siglo consagrado al oficio de sanar, Poza asistió a cinco misiones internacionalistas. Estuvo en Angola, en 1992; en Sudáfrica, en 1996; en Yemen, en 2004, en Namibia, en 2012 y recientemente en Catar, en 2018. Todos países con diferentes grados de desarrollo y de los que obtuvo distintas lecciones.

“En los menos avanzados conoces todas las miserias de la vida, enfermedades que solo verás en los libros, como la poliomielitis, erradicada en Cuba desde hace décadas, o la tuberculosis ósea, que comienza en los pulmones y luego, al no tratarse, migra al sistema esquelético”.

Como quien vive la experiencia de nuevo, amarga de tragar por demás, revisita con su palabra cada una de esas calles que define como lo más triste del mundo, pues vio desde personas reptando hasta brazos y pies atrofiados. También aprendió mucho del sufrimiento humano y de lo vergonzoso que se torna un sistema sanitario cuando su base, sus medios y su fin son todos para comercializar con la salud ajena.

“En estos tiempos, Cuba vive carencias que propician este tipo de comportamientos: hay personas que te venden medicinas o incluso una prótesis de cadera sin el menor remordimiento. Nosotros ni estamos educados ni preparados para ello.

“Los países desarrollados también son una escuela. El inglés que hablo lo aprendí en Sudáfrica, por ejemplo. Además, cuando un médico cubano, acostumbrado a hacer magia con poco, conoce equipos y tecnologías nuevas, gana en experiencia, habilidades, conocimientos y amplía su arsenal”.

A su modo de ver, la suya es una de las especialidades que más agradece un paciente. El ortopédico se encarga de atender lesiones del sistema osteomioarticular, ya sean traumáticas o por otras causas y, generalmente, en personas jóvenes, quienes se encuentran limitadas por alguna dolencia para hacer su vida normal. Cuando se es capaz de restituir la salud, confiesa, se llega a establecer una relación que trasciende la de médico-paciente para tornarse, en ocasiones, en una profunda amistad.

Un recambio total de cadera puede ser debido a muchas causas, asegura el galeno.
Un recambio total de cadera puede ser debido a muchas causas, asegura el galeno.

“Pongamos el ejemplo de una operación de cadera. Si se hace un recambio parcial cuando un viejito se parte la cadera, solo se sustituye el componente femoral. Quitas la cabeza fracturada del fémur y dentro del canal del hueso pones un vástago y una cabeza metálicos.

“Las prótesis totales se colocan en casos de desgaste de la articulación del fémur con la pelvis. Al hacer el recambio protésico y la artroplastia tienes que sustituir la cabeza, raspar el acetábulo y poner un componente metálico y plástico que lo recubre por dentro o solo plástico cuando es cementada. A estos pacientes (muestra una sonrisa franca) se los devuelve a la vida”.

Ahora que se retira, ¿qué mensaje le envía a su equipo?

“Llevar humanidad y sencillez. Recordar ese precepto de la medicina que explica: si puedes curar, cura; si no puedes, alivia y si no puedes, al menos no hagas daño. Comprender que nuestro oficio es un sacrificio, un sacerdocio que tenemos que sentir. Y formar bien a los jóvenes: enseñar lo que se sabe es la única forma de ser inmortal”.

HABLAN LOS ALUMNOS

Cuando Tom Michel Gómez Ávila, especialista en MGI-Ortopedia en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, habla de su maestro no puede evitar emocionarse. A uno se le remueve el corazón al ver a aquel hombrón de casi dos metros amarrando lágrimas cada vez que lo menciona, como Hércules sosteniendo al león.

“Comencé la residencia en el 2010 y, quizá por un castigo de la vida o por cuestiones de carácter, tuve la dicha de permanecer en el team de Ángel Poza durante un año entero. Como profesor es un tanto estricto, pero como ser humano es alguien muy justo. Siempre se encuentra dispuesto a enseñar y a ayudar. Si volviera a ser ortopédico, me gustaría estar en su grupo de nuevo”, confiesa.

¿Cuáles, cree usted, han sido sus contiendas más difíciles?

“Hemos afrontado cirugías muy complejas, pero lo más difícil, sin lugar a duda, ha sido ganarme el respeto de este gran hombre. Al menos, en mi opinión, no hay intervención, por compleja que parezca, más difícil que eso”.

Un mensaje…

“Puede descansar tranquilo. Trataremos de hacer todo como si él estuviera presente y como siempre lo hubiera querido”.

José Lázaro Peña

Texto de José Lázaro Peña
Licenciado en Periodismo por la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en el 2022. Reportero de Escambray.

15 comentarios

  1. Sergio Rolando Martinez Lorenzo

    Llevo más de 10 años jubilado soy de la 3ra edad, creo que llegando a la 4ta y como especialista en redes (vialidad, electricidad y redes telefónicas) en la Dirección Provincial de Planificación Física he partipado en el desarrollo de la misma desde el año 80 con una misión en Angola desde mi especialidad en una zona sumamente peligrosa por la guerra.
    Es bonita la experiencia laboral del Dr Angel Peña Gutiérrez divulgada por el periodista José Lázaro Peña ahí me enteré bien explicado que el desgaste en caderas que yo tengo puede solucionarse con una protesis y me preguntó, tengo 75 años, soy diabético, hay que esperar a que me caiga se rompa el fémur y la cadera para intervenir, si eso ocurre, me parece que no tendré oportunidad de una etapa de.mejorat mi vida e inclusive no llegar a disfrutar lo que me queda por vivir, felicidades al Dr por entrar en una nueva etapa de su vida y al periodista por publicar una historia tan bonita que instruye también a la población porqué el saber no tiene edad
    GRACIAS

  2. Sobresaltar sus méritos profesionales creo que ha tenido gran importancia pero estos méritos no dejan de ir acompañados de esa gran persona de la que se habla gran padre y gran amigo , fiel ,cooperativo y muy lleno de alegría lo que pude apreciar en un corto tiempo que compartimos pero les aseguro no estar equivocado mis respetos y saludos

  3. Dra Gladys Morales Leiva

    Saludos desde yaguajay para ese buen médico q laboro con nosotros en su primera etapa de su vida profesional

  4. Me alegró mucho leer esta entrevista al Doctor Poza. En el 2001 llegué al Cuerpo de Guardia de Ortopedia del Hospital Camilo Cienfuegos y tuve la suerte de que me atendiera. Llevaba cerca de un mes con un dolor en la rodilla y a pesar de que tenía un tratamiento no mejoraba. No olvido sus palabras al decirme que se hacía todo lo que me indicaba no iba a volver a tener problema en esa rodilla, y así mismo fue. Después de salir de la consulta fue que supe que me había atendido unos de los mejores ortopédicos de la provincia. Hasta el momento no he vuelto a tener problema con mi rodilla y todo gracias a su tratamiento oportuno. Un eterno agradecimiento de una paciente que lo recuerda siempre. Necesitamos más doctores así.

  5. Lester Triguero Pino

    Reflexionar sobre el retiro del Dr. Ángel Poza Gutiérrez es reconocer no solo el cierre de una carrera extraordinaria, sino también la herencia de un médico que trascendió la mera experticia. Desde sus inicios, destacado por su brillantez como estudiante —esto me lo compartía mi padre, quien fue su maestro en la secundaria de Pojabo—, hasta la sabiduría y pasión demostradas en cada consulta y cirugía, el Dr. Poza ha sido un faro de excelencia tanto profesional como personal. Su cuidado vigilante a lo largo de los años y su compromiso por ofrecer una atención sin par reflejan una dedicación que me guió hacia una adultez sin problemas de salud. Su carrera testimonia lo que significa ser un médico verdaderamente dedicado, estableciendo un alto estándar para los profesionales médicos en todas partes. Además, agradezco a José Lázaro Peña por realizar esta entrevista que reconoce un ejemplo de bondad, profesionalismo, modestia y todos los valores que debe tener un ser humano.

    Debemos celebrar el retiro del Dr. Ángel Poza Gutiérrez ahora y siempre, reconociendo su dedicación casi total a ayudar a quienes más lo necesitaban. Es momento de que disfrute lo que no pudo mientras entregaba su mayor tiempo al servicio de los demás. El legado del Dr. Poza perdura, inspirando a generaciones futuras a seguir su camino de excelencia y compasión.

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