El hecho de mantenerse anclados en zona de clasificación cuando ya la versión 64 de la Serie Nacional de Béisbol transita por su segundo tercio es para los Gallos un buen desempeño.
Los argumentos están sobre la mesa. Además de lo reñido de la lid en estos inicios, los espirituanos han debido enfrentar un comienzo marcado por varios contratiempos. El más connotado, como ya se sabe, fue el choque psicológico provocado por la salida intempestiva de su mánager Eriel Sánchez por razones archidivulgadas. No menos desafiante ha sido la cantidad de lesiones o enfermedades de figuras claves en todos los departamentos, sobre todo el pitcheo, su columna vertebral. Únale a ello que han tenido que asumirlo con una de las nóminas más jóvenes del torneo.
Así y todo, los muchachos han sabido sortear todos esos obstáculos y muestran hasta ahora un juego estable. De otro modo, no se explica que hasta el juego 31 (sin contar el doble del jueves) el equipo se mantuviera entre los primeros ocho con balance favorable de victorias y derrotas. Y eso que ya han enfrentado a selecciones llamadas a estar entre los puntales como Industriales, Matanzas, Granma y Ciego de Ávila, aun cuando estos dos últimos están por debajo de la zona clasificatoria.
Del primer impacto los Gallos han salido bastante bien bajo de la conducción de Luisvany Meneses, quien en su estreno como director en Series Nacionales ha tenido un buen comienzo, aunque muy exigente por lo expuesto anteriormente.
Tener fuera de la nómina por semanas o días a tres de sus abridores y a su principal apagafuegos, Yanieski Duardo, ha sido uno de sus desafíos mayores. Ariel Zerquera, el mejor zurdo de la pasada Liga Élite con traje de Ciego de Ávila, ha estado fuera de rotación aquejado por gripe, según diagnóstico del doctor Remberto Pérez; Carlos Michel Benavides salió del box por hepatitis viral, mientras el zurdo Yohanny Hernández se resintió de una lesión en el codo de su brazo de lanzar y Duardo cumple la recuperación establecida tras la intervención quirúrgica por apendicitis en julio pasado.
A la lista se suman su receptor titular Yaidel Darío Guerra Cabello, afectado también por hepatitis viral, una ausencia que se ha sentido detrás del plato, si tenemos en cuenta el desbalance entre bases robadas (20) y cogidos robando (9), y Frederich Cepeda, ya en juego, pero fuera de él por lesión en la mano.
Las mayores maniobras las ha tenido que hacer Meneses en el bullpen, a donde ha debido llamar a dos novatos para abrir: José Carlos Santos y Leandro Forteza, los dos con muy buenas actuaciones ante Industriales en el Latinoamericano, mucho más el primero, que logró a lo grande su primera victoria en Series Nacionales con una lechada compartida. Lo otro ha sido aprovechar cada salida de sus restantes lanzadores o exprimir brazos como el de Yankiel Mauris, quien acumula más de 25 entradas, una exigencia sobre la que habrá que mantenerse vigilantes si recordamos que el derecho regresó de Canadá con molestias.
La respuesta está en las estadísticas. José Isaías Grandales se ha erigido como caballo de batalla con más de 43 innings lanzados y cuatro triunfos, seguido del relevista Fernando Betanzos, con tres victorias, mientras el resto de los éxitos se los han adjudicado Mauris —con tres victorias y cuatro salvados—, y Zerquera, Alex Guerra y José Eduardo Santos, que registraban dos sonrisas hasta el miércoles.
Con ausencias y todo, el pitcheo espirituano se ubica como el tercero más efectivo de Cuba con 3.64 PCL, muy por debajo de la media de más de cinco limpias por juego. Una casilla alerta: es el tercer equipo que más boletos concede, al superar los 80.
No menos complicada ha sido la tarea para el colectivo de dirección de los Gallos a la hora de armar alineaciones según vayan dictando las circunstancias. Con un elenco muy joven y que se resintió por varios días de la ausencia de su capitán y líder Frederich Cepeda, el bateo ha debido recaer en los más novatos.
Con una ofensiva de 264 (la media es 285), los yayaberos se ubican entre los que menos batean (lugar 11) y han tenido que poner en práctica su modelo de construir las carreras con poquitos, sobre todo por una producción que se resiente del bateo de largometraje, principalmente los jonrones, ya que son los segundos que menos conectan.
Ante esta carencia, el conjunto ha hecho del juego rápido un arma de competencia, beneficiado por la juventud de su nómina. Con 22 robos, es el primero en ese indicador y, sumados los 13 cogidos robando, es el que más lo intenta. Si a ello se le añaden los 24 toques de bola, (segundo detrás de Matanzas) y los 155 boletos (tercero que más recibe), los 19 flies de sacrificio (tercero) se demuestra que han encontrado la fórmula para fabricar la mayoría de las 144 carreras anotadas, un promedio de 4.6 por partido, lo cual, hasta ahora, ha servido para respaldar un pitcheo que permite menos que ese promedio por encuentro. Pero, ojo, en lo adelante habrá que batear más, sobre todo porque carecen de un banco profuso: sus emergentes en 48 turnos han impulsado solo ocho carreras.
Entre quienes se han destacado al bate resaltan Liuben Gallo, con 353 de average y el que más ha producido en el equipo (19 anotadas y 27 impulsadas), Lázaro Fernández, quien pese a sus 243 de promedio, le sigue en productividad (20 anotadas y 19 impulsadas); Delvis Hernández Quintero, que trata de ponerle nombre al jardín central con su average de 343 (19 anotadas y cinco empujadas), y Daniel Floirán Fernández lo hace en el izquierdo , con promedio de 316 (siete anotadas y 16 empujadas).
Por encima de los 300 se ubica también Cepeda (341) y muy cerca está Rodolexis Moreno (286), líder en anotadas del equipo (23) y en robos con siete.
En cuanto a la defensa, sus 970 se avienen tanto con la media del torneo como con las posibilidades y atributos de sus hombres, entre quienes sobresale Yasser García Anglada, con 994 en la custodia de la primera almohadilla.
Cuando terminen este fin de semana su enfrentamiento ante Matanzas, los espirituanos emprenderán viaje hacia Pinar del Río
Falta mucho trecho aún y lo más presionante está por venir; sin embargo, la tónica de ir juego a juego les ha dejado a los Gallos buenos saldos, que deben mejorar en la medida que entren a la valla quienes hoy están fuera de ella.
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