En El Chalet me siento útil (+fotos)

Lo asegura Franly Romero Díaz, quien lleva las riendas del módulo pecuario estatal perteneciente a la Empresa Agroindustrial de Granos Valle del Caonao, de Yaguajay

Lebaisy Delgado Sosa, esposa de Franly, se encarga de pastorear los carneros. (Fotos: Greidy Mejía/Escambray)

Empinado sobre una cuesta, custodiado por diversos árboles frutales plantados de un lado a otro del camino, señorea el módulo pecuario estatal El Chalet, perteneciente a la Empresa Agroindustrial de Granos Valle del Caonao, de Yaguajay. Allí, un joven de 38 años de edad, licenciado en Educación, y con posgrados en Matemática-Física, y en Manual y Gestión de Cooperativas Agropecuarias, impulsa las tareas de este lugar.

Junto a él, su esposa Lebaisy Delgado Sosa, quien con solo 28 abriles ya tiene mucho que decir sobre el trabajo en el campo. Basta llegar a este sitio de la geografía yaguajayense para apreciar cuánto se ha hecho en pos de consolidar los programas ovino, porcino y avícola en función del autoabastecimiento territorial.

Cada paso dado en El Chalet ha sido a golpe de trabajo y de aprendizaje. Todo comenzó en el año 2024, cuando Franly tocó a las puertas del Valle del Caonao. Y aunque sus inicios estuvieron asociados al Departamento de Desarrollo del centro, fue a finales de este período que emprendió tal responsabilidad.

Franly asegura la alimentación del programa avícola.

“Salir de un aula para adentrarse en un programa pecuario es un desafío. Me presenté a situaciones que no conocía. Tuve que empezar de cero, aprendiendo, leyendo…, y estamos tratando, con ayuda de técnicos y profesionales de nuestra empresa, de adquirir conocimientos y habilidades sobre este tema.

“Cuando empecé no conocía casi nada del programa porcino. No sabía bien el manejo, cómo se atendían la gestación, los movimientos, los procesos de alimentación, la formulación de los alimentos, y del programa ovino tampoco tenía amplio conocimiento. Sin embargo, hoy, gracias a las lecturas y el apoyo de los profesionales de la empresa, ya puedo desarrollar esas habilidades”, detalla Romero Díaz.

En El Chalet el día abre los ojos más temprano que de costumbre. El alba asoma y ya esta pareja está al pie de los puercos, los carneros, y los pollos. La mañana avanza y han caminado buen trecho. Estos muchachos recorren una y otra vez las naves.

“Aquí empezamos bien temprano. Desde las seis de la mañana estamos inmersos en la limpieza de los corrales y en el pastoreo. Sobre las siete y media comenzamos con la alimentación porcina y, luego, después que se va el rocío, pastoreamos los carneros en las diferentes áreas que tenemos acá.

“Después, nos encargamos del programa avícola. Nos pasamos el día en estas actividades y por las noches también hacemos guardia. Aquí no estoy solo. Mi esposa me ayuda en todo, al igual que otro compañero, muy responsable y trabajador, que también comparte las tareas de la finca”, agrega el licenciado en Educación.

Quien ve hoy el módulo pecuario estatal El Chalet pudiera creer que lo logrado ha sido tarea fácil. Mas, erigir la vivienda de la familia que resguarda el lugar, las naves de los animales, y crear las condiciones para impulsar cada uno de los programas muestra una alta dosis de entrega, tanto de productores como de la propia empresa.

“Entramos aquí con el programa ovino y porcino. Empezamos con 20 cochinatas y 63 ovinos, y así comenzamos a desarrollarlo todo. Las instalaciones no estaban con las condiciones necesarias y poco a poco se fueron restableciendo. La casa donde vivo también fue habilitada, sobre todo, por la necesidad de tener una persona que estuviera aquí, día y noche, para atenderlo todo”, explica el joven de 38 años.

Franly es licenciado en Educación, con cierta predilección por la Matemática. Y aunque ya no imparta clases, su aula es este módulo pecuario, donde enseña y aprende a diario. En dicho sitio pone la ciencia en función de los quehaceres agropecuarios.

“La ciencia se ha puesto en función de las nuevas alternativas de alimentación para los programas ovino, porcino y avícola. Por ejemplo, en el programa porcino estamos utilizando la torula y la miel proteica. Hasta el momento hemos tenido buenos resultados productivos.

“El aula siempre me gustó mucho y la extraño. Pero este programa me impuso un reto, y lo asumí. No me arrepiento de haber dado este paso porque me ha posibilitado adquirir conocimientos y, por ende, nuevas habilidades para un futuro. En El Chalet he aprendido mucho y me siento útil”, confiesa.

Nadie mejor que Franly Romero Díaz para saber cómo ha sorteado los obstáculos y ha encauzado el camino del módulo pecuario estatal. En los alrededores de El Chalet aflora su entrega a favor de la agricultura. En medio de este paraje del norte espirituano el maestro devenido campesino tiene claro el reclamo de producir para el pueblo.

Greidy Mejía Cárdenas

Texto de Greidy Mejía Cárdenas

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *