¿Por dónde le entra el agua a la leche?

Las irregularidades en la calidad y distribución del producto desandan por un obsoleto equipamiento y la falta de control desde el campo hasta que llega al consumidor

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El montaje de un nuevo pasteurizador mejorará el proceso de producción de leche. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Casi resulta normal que en la ciudad del Yayabo, al menos una vez al año, la leche se distribuya en polvo por reparaciones de la industria, pero lo habitual es que en toda la provincia se comercialicen más de 30 000 litros de forma fluida y unos 13 000 litros en la cabecera, blanco de críticas constantes por parte de los consumidores, quienes en su mayoría aseguran: “Esto es más agua que leche”.

En sus buenos tiempos, Sancti Spíritus llegó a ser la segunda provincia que más desarrollo alcanzó a nivel de país, después de Camagüey, hecho que le permitió, además, contribuir con el balance lácteo nacional al enviar diariamente unos 25 000 litros para La Habana, con una producción total de leche de 62 209 900 litros, superior a lo planificado en un 21 por ciento, cifra que resultó récord productivo.

El recién estrenado director general de la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza, Boris Cancio Felipe, desempolva números que hacen tragar en seco: esa entidad generó pérdidas superiores a los 12 millones de pesos e incumplió su plan de producción con unas 10 000 toneladas dejadas de producir, volúmenes que tropiezan con trabas productivas tanto en el sector agropecuario como en el industrial.

La cadena transita por un inadecuado sistema de comercialización, la demora en el acopio de la leche, las tradiciones incorrectas en la forma de ordeño, la falta de algunos recursos, en el campo y en la industria, para mantener la calidad de este producto y los muestreos poco confiables que realiza la Agricultura a sus ganaderos, entre otros elementos.

En aras de hurgar en los baches de un escabroso camino, Escambray desanda la ruta de la leche que se distribuye de forma fluida y escarba en los detalles que influyen en una deficiente calidad, así como en otros sinsabores del producto desde el potrero hasta que se hierve y en los corcoveos de una industria obsoleta que intenta sobrevivir en dependencia de nuevas inversiones y la llegada de un moderno equipamiento.

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En los puntos de recogida se comprueba el nivel de acidez del producto. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

EL CAMINO DE LA INDUSTRIA

¿Puede un territorio elevar la calidad de la leche si no se eliminan las causas que la deterioran, como los envases inadecuados de camiones y acarreadores? ¿Cómo evitar que la leche que llega a los consumidores tenga menos agua? ¿Qué función desempeña la bodega, que es la responsable de su punto? ¿Habrá que esperar porque se embolse toda la leche que se expende para que esta tenga buena calidad?

Según los directivos del Lácteo en la provincia, no se distribuye la leche fluida en bolsa por las afectaciones que provocaba a los consumidores la cantidad de roturas, y a su vez daba lugar a un sobreconsumo del alimento por concepto de reposición, al punto de que se perdían alrededor de 70 toneladas cuando el envasado no salía bien.

El 2018 sorprendió a esa industria inmersa en una reparación capital del área productiva, donde se colocaron en menos de un mes más de 1 500 metros cúbicos de losas de mármol, vitales a la hora de mantener aséptico todo el lugar donde se procesa la leche junto a nuevos equipos, en aras de hacer más efectivo el proceso de recepción y distribución.

“Por ello —asegura Niurka Espineira, directora de producción, en toda el área productiva y de procesamiento—, se enchaparon paredes y pisos por todo el camino que recorre la leche dentro de la industria y se instaló un nuevo pasteurizador que procesará 10 000 litros por hora, equipo que deberá estar conectado a los otros tres con que cuenta la fábrica, lo que incrementará su capacidad hasta 20 000 litros por hora.

“De igual modo quedaron instalados tres intercambiadores del proceso de agua que aportarían 50 000 litros del líquido para la limpieza de los conductores, lo que humaniza el trabajo, reduce el tiempo de enjuague y protege la calidad de la materia prima”, precisa.

De acuerdo con los directivos de la industria espirituana, continuarán las inversiones, de modo que en la segunda quincena de abril la planta sufrirá otra parada planificada para el montaje y certificación de nuevos compresores de amoníaco pertenecientes al sistema de enfriamiento, y de un condensador, ambos con tecnología china.

LAS MUCHAS RUTAS DE LA LECHE

En la UBPC Niña Bonita, en el municipio de Sancti Spíritus, hay ganaderos de esos que se las saben todas, de los que no se esconden para decir que no creen en leche mala. “Esa no existe y te digo que la mía tiene que llegar buena aquí, por eso la traigo yo. Y te aclaro, el problema no es del vaquero”.

Quizás ninguno de los vaqueros sepa de las quejas de Dulce Valdivia y Andrés Jiménez, dos jubilados espirituanos que tres veces a la semana caminan cuadras para buscar la dieta de leche, esa “que ya ni sabemos si alimenta”, precisa Dulce. “Mira, mi esposa la pone a hervir y no se bota; como dicen los guajiros: la leche que no mancha el vaso no sirve”, acota Andrés.

Su criterio coincidió con el de cientos de espirituanos que se suman al reiterado planteamiento de la adulteración del producto en un grupo de puntos expendedores, ubicados en bodegas y mercados. Los ordeñadores, por su parte, concuerdan en eso de que “la vaca siempre da leche buena” y, según Michel Madrigal, un acarreador con más de 12 años de experiencia, el agua no sale del campo: “Siempre hay gente que da su cabezazo, pero los viejos tienen vergüenza y eso no se da”.

La mayoría de los productores llevan bajo sus sombreros soluciones que van desde la forma en que se ordeñe la vaca, se traslade y manipule la leche y se maneje el ganado, hasta las dificultades en su comercialización. “El combinado no nos da nada para garantizar la higiene, ni los filtros que nos garantizaban antes para colar las impurezas”, aclara Vladimir Bandomo, un jefe de vaquería.

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En opinión de los productores, la leche sale del campo con calidad. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Los hechos demuestran que, aun cuando por parte de la industria se realizan algunos muestreos, son pocos o nulos los que se hacen por parte de la Dirección Integral de Supervisión, y por veterinarios de Higiene y Epidemiología.  A la hora de las dudas, cada quien defiende su tramo de la cadena y la responsabilidad queda en terreno de nadie.

“De hecho, nosotros no disponemos del lactosímetro, instrumento que nos permite medir la densidad de la leche, y por eso no realizamos inspecciones de ese tipo ni tenemos la certeza de que los bodegueros le echen agua. Hemos dado seguimiento a bodegas en Colón, Camino de Las Cañas y el centro de la ciudad, pero solo verificamos cómo se tiene que hacer el despacho. Se pudieran tomar las muestras y llevarlas a un laboratorio, pero no es lo normal y, al llevar muchos requisitos, al final ese método no resulta eficaz”, explica Deivy Calderón, jefa del Grupo Provincial de Inspección y Supervisión.

Aunque los expertos aseguran que Sancti Spíritus promedia uno de los mejores pesos del país, la leche que llega al consumidor casi siempre está pasada por agua. Sobre el asunto es lapidario el criterio de Boris, el director general de la empresa: “Por su naturaleza, es muy vulnerable a la adulteración, y pierde calidad si no se hace lo correcto, desde el alimento animal hasta que llega a la bodega. Es un producto muy complejo que depende de muchas personas. Desde que se ordeña hasta que se hierve pasa por muchos procesos y por una cadena donde intervienen unos nueve sujetos; aunque uno solo la adultere, ya no estamos tomando leche buena”, precisa el directivo.

¿Y cuándo la población de Sancti Spíritus volverá a recibir la leche en bolsa para evitar afectaciones en la calidad y la higiene?, pregunta Escambray.

“Insistimos en reparar las viejas máquinas y después de muchas pruebas se comenzó la distribución de yogur en bolsa al ser un producto que se envasa en menor cantidad y tiene menos frecuencia de distribución, no así la leche, que es muy líquida y son unas 21 000 bolsas para la población.

“Con la ayuda de la Empresa de Servicios Automatizados de Villa Clara, se trabajó para en el menor tiempo posible distribuir la lecha de la misma forma, pero no dio resultado. No obstante existe una proyección del Grupo Empresarial nuestro de que este año se entregarán dos máquinas de llenado que garantizarían, definitivamente, la distribución estable de leche y yogur en bolsa ”, asegura Boris.

En lo que llega la nueva tecnología y se estabilice el flujo de leche en una industria que tiene que enfrentar picos de producción como los que trae la primavera, nunca está de más advertir que, aunque lleguen mejoras tecnológicas y los carros tengan GPS y certificado de calidad, hay que seguir velando por que no se adultere un producto que debía ser intocable por su exiguo y especial destino: enfermos y niños menores de siete años.

Carmen Rodríguez

Texto de Carmen Rodríguez
Reportera de Escambray por más de 30 años. Especializada en temas económicos.

11 comentarios

  1. Sovieyskaya Rossia.

    Porques esto no pasaba antes de la revolucion. Por la sencilla razon de que si echabas agua a la leche el cliente buscaba otro proveedor. Asi de tan sencillo.

  2. Este problema no es solo en la capital provincial sino en Trinidad la leche es agua la unica solucion es que una sola ves al mes los impestores esten a la hora de llegar la leche a la bodega y veran que la leche no tiene agua donde compro que es en el framboyan siempres esta adulterad hasta cuando es esto

  3. No debe resultar muy fácil el control total del producto, pero si considero que hay muchas posibilidades de hacer comprobaciones a las recepciones de los mercados de forma sistemática, yo he probado leche de más de una tienda y en un mismo día hay diferencia en la calidad a veces en la ruta de un mismo carro, también es posible hacer recorridos con los transportitas para ir descartando por donde se sale la leche, visitar algunas vaquerías para prenciar el ordeño y controlar su calidad hasta el Lactea, eso hubo tiempos que hasta el MININT cooperó en la actividad y otras cosas más y se no hay resultados que contraten al compañero Juan Manuel Llera Marín, autor del primer comentario, que al parecer si sabe mucho de eso…

    • Juan Manuel Llera Marín

      Mira, contraten a quien contraten, existen demasiados niveles intermedios, entre la vaca y la mesa del cubano, que el que quiera resolver el problema se volvería loco…. hay muchos entuertos por el camino…. de todas formas, te agradezco la sugerencia… pero ¡Olvidate, yo no soy elegible!

  4. Juan Manuel Llera Marín

    Con toda esta burundanga del dale al que no te dio contribuimos a obviar la verdadera causa del problema: la falta de vergüenza….. ¿Faltan cosas? ¿Y qué? ¿Hay problemas acumulados por la mala gestión gubernamental? ¿Y qué? La realidad originada por la falta de recursos, es verdadera y cierta. Es la consecuencia de una cadena de errores inherentes al gobierno, cuyas consecuencias están presentes, que algún día deberán modificarse y regularizarse, pero hoy por hoy, hay que asumirlas y enfrentarlas. Basta de tanta palabrería barata, tantas justificaciones y politiquería, que con ello solo contribuyen a la más soez falta de vergüenza y ausencia de propósitos reales de enfrentar y resolver, por la mínima, el cúmulo de hechos denunciables que están presentes en el asunto que tratamos. ¿Es que la situación no se puede resolver sin el modernismo tecnológico? ¡Mentira! Déjense de tanta tecnología (que no hay recursos económicos para resolverlos) y recordemos lo tradicional aunque a muchos le avengan a tratarlo como si fuera una reminiscencia del pasado….. Pero habrá que recurrir a ello, quieran o no… no hay otra…. «la cántara sobre una carretilla y vender la leche en jarros…. » porque antes había leche con agua, pero los inspectores estaban pululos, con unos tubos de cristal que llamaban «pesas» con la que determinaban el agua en la leche, y multa que tú conoces….. pero lo mejor era que los vecinos decían… ¿De Pepe el lechero? Noooo, que tiene agua…. y el «bicho» se fastidiaba…. Claro, hoy, hay un solo vendedor, en una cadena que está repleta de «habilidosos», desde el ganadero-vaquero-ordeñador (que le agrega agua a la «botija», el transportista, que saca su leche y hecha agua a la botija (en la que a veces se encuentran yupis y guajacones), el industrial que no controla porque le da lo mismo «chicha que limoná» y menos el compañero Director de la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza, que solo sabe que «Es un producto muy complejo que depende de muchas personas. Desde que se ordeña hasta que se hierve pasa por muchos procesos y por una cadena donde intervienen unos nueve sujetos; aunque uno solo la adultere, ya no estamos tomando leche buena”, pero de ahí no pasa…. como si controlar en la fábrica la leche que se recibe de CADA productor, fuera cosa tan extremadamente imposible…. porque así también se hacía antiguamente…. y créanme que, al menos en la industria, se controlaba perfectamente…… Todo lo demás, es puro cuento chino.

  5. Por que no haran una importacion de cuadros y trasladan la direccion del Escambray para el Tribuna!!!! A ver si en La Habana el periodico provincial tiene al menos la mitad de la calidad del Escambray. Felicidades x el trabajo, saquen la cara por el periodismo nacional

  6. Ismael L. Rojas Saucedo

    Los inspectores plantean que no existen posibilidades para el ánalisis de la misma, yo tengo otro criterio y es el de que en aquellos lugares que no exista el lactosímetro se puede coger una muestra de la misma antes de la descarga como se hacía con el rón y enviarla al laboratorio para su verificación, es cierto que no se puede hacer con el tiempo que llevaría otro producto de más tiempo de descomposición (esto debe ser de inmediato debido a su vulnerabilidad) pero si se puede llevar a cabo para el esclarecimiento general de la población y ayuda a desechar los criterios negativos que se puedan generar sobre los distribuidores de las bodegas.

  7. Que bueno cuando al final se subsidien las pesonas y no los productos porque es mucho el dinero que el estado revolucionario desmbolsa para que al final el denominador común sea leche con agua que es igual a decir leche sin alimento que es lo que más se necesita porque el que tenga una dieta es por una enfermedad o el niño que la reciba es para su desarrollo ,creo que la Agricultura ,Comercio y otros implicados deban coger este material para discutirlo con la fuerza que lleva y darle un vuelco ejemplarizante al tema que con poco se resuelve ,estoy de acuerdo los menos que le echan agua a la leche son los vaqueros y los campesinos (ninguno son familias mias ) revisen el resto de los 7 sujetos .gracias por tener esta oportunidad.

  8. Y la proteccion a la poblacion? Como los inspectores de la DIS no van a tener un Lactosimetro?? En varios puntos de acopio de leche que he visto, (digo varios por no generalizar porque no se), si tienen el Lactosimetro y le miden la leche a los acarreadores, que por lo general es buena

  9. Y cuándo se volverá a distribuir leche fluída, al menos en la ciudad de Trinidad, pues la leche a granel llegó para quedarse, con la agravante de que no alcanza y con no buena calidad.

  10. El agua en la leche,el robo en las pesas,los carretones circulando a velocidades de espanto mientras los abusados caballos esparcen su orina y heces,el consumo de alcohool en las calles generando broncas ,mal imajen y pesimo ejemplo para los chicos..Son algunos problemas,que en mi opinion,existen por que los que deben fiscalizar y tienen autoridad,no hacen su trabajo por el que les pagan

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