Sin pagar un centavo, sin un voto de pago

Blanca Nieve Carmona Coca, mujer de 47 años residente en el Camino de Santa Cruz y operada de tumor de recto, es categórica al subrayarlo: recibió las atenciones médicas especializadas que le permitieron salir airosa de una compleja intervención quirúrgica y estar hoy “muy bien y recuperada”, en espera de

Blanca Nieve Carmona Coca, mujer de 47 años residente en el Camino de Santa Cruz y operada de tumor de recto, es categórica al subrayarlo: recibió las atenciones médicas especializadas que le permitieron salir airosa de una compleja intervención quirúrgica y estar hoy “muy bien y recuperada”, en espera de poder incorporarse a su trabajo, “sin pagar un centavo y mucho menos dar un voto de pago por ello”.

La remitente es, escribe, una de las miles de personas que padecen el cáncer y han podido salvarse “gracias a la Revolución conducida por su líder histórico, el siempre invencible Fidel Castro, que hoy está más presente que nunca, en la memoria de los millones de cubanos que reafirmamos días atrás en las urnas de votaciones la fidelidad a nuestro proceso”.

Ella quiere reconocer la labor de todos los profesionales del servicio de Oncología del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, por el amor y la dedicación que tuvieron no solo en su caso, sino también con los demás pacientes que acuden a recibir atención allí.

“Tampoco olvido que fui muy bien tratada en los servicios de Gastroenterología, Cirugía y del Sistema Integrado de Urgencia Médica (SIUM) de este propio hospital, durante la labor de diagnóstico de la enfermedad. Y ya fuera del ámbito provincial, qué decir de la profesionalidad y entrega con que fui tratada y operada en La Habana, en el Instituto de Cirugía de Mínimo Acceso, al cual le estamos mi familia y yo muy agradecidos. Esto quisiera que un pueblo entero lo conociera, para que sepan uno entre los tantos motivos de por qué hay que defender la obra de la Revolución cubana”, finaliza.

PARQUE EN TINIEBLAS

Completamente a oscuras, así está en las noches el parque Serafín Sánchez de Jatibonico, aledaño a la terminal de ese poblado, a juzgar por el recuento de Aralia Fadraga, vecina de la calle José Miguel Gómez s/n, cuya inquietud recaló en nuestro buzón.

Cuenta la lectora que hace más de un año de que esta situación afecta no solo a quienes residen o pasan por allí, sino además a los que desean, mientras esperan por el ómnibus en que viajarán, sentarse en los bancos del parque, hoy con un alto grado de deterioro. El descuido, afirma, propicia la presencia en el lugar de algunas personas que desde horas tempranas se reúnen allí para ingerir bebidas alcohólicas y que en ocasiones atentan contra la tranquilidad ciudadana.

Mala imagen, higiene comprometedora y alguna que otra riña son, resume, las consecuencias de las tinieblas que sufre el principal parque de Jatibonico. Si en verdad todo es como cuenta Aralia, ¿quién toma cartas en el asunto?

Delia Proenza

Texto de Delia Proenza
Máster en Ciencias de la comunicación. Especializada en temas sociales. Responsable de la sección Cartas de los lectores.

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