Revive el alero del Museo Provincial de Historia de Sancti Spíritus (+fotos)

El alero que da hacia el lateral del Museo Provincial de Historia y que por más de ocho meses esperaba una nueva reparación finalmente encontró solución constructiva. Así lo pueden corroborar quienes transitan por las inmediaciones del parque Serafín Sánchez, los mismos que desde hace tiempo esperaban ver concluida esa ala de la instalación que forma parte del patrimonio de la ciudad de Sancti Spíritus.

Escambray indaga por las acciones de reparación, un asunto que, según Anselmo Hernández Echevarría, inversionista de la Dirección Provincial de Cultura en la provincia, quedará resuelto. “Ya se iniciaron los trabajos ­—dice— que estarán a cargo de un artesano de Fomento, vinculado al Fondo Cubano de Bienes Culturales, acción que demanda de varios recursos que también están en manos del ejecutor”.

El propio Anselmo explica que en un primer momento ese alero se restauró tratando de reutilizar los mismos clanes que fijan la estructura saliente, pero dichas acciones no resultaron efectivas, porque las bandas cedieron y peligraba su integridad, por lo que fue necesario retirarlo antes de que se desplomara.

“La demora para su arreglo estuvo vinculada a la falta de madera para intervenir en esa parte del museo, madera que lleva un vitolaje ancho, muy específico —aclara el inversionista—, pero ya el artesano cuenta con el recurso que ahora se somete a un proceso de preparación y secado especial para que pueda soportar el peso y la humedad, labores que en su totalidad estarán en el orden de los 250 000 pesos”.

Por su parte, Segundo Cárdenas, ingeniero civil y especialista en el Centro Provincial de Patrimonio Cultural, apunta que dicho saliente tiene características específicas, por tratarse de una obra de finales del siglo XIX y principio del XX y, aunque no es el alero original de la casona colonial, se mantiene la misma estructura, compuesta por canes revestidos por guardapolvos, algo muy representativo de las edificaciones de esa época.

“Se trata de una instalación muy típica de la ciudad con más de un siglo de existencia, por lo que resulta imprescindible la colocación nuevamente de este alero, de unos 12 metros de longitud por 1.20 metros de ancho, el cual exige de madera dura para que pueda resistir el peso de los restantes elementos, incluidas tejas, además de enfrentarse a las inclemencias del tiempo”.