Cuba en terapia intensiva pendiente de las matemáticas del Clásico

Más que medicamentos reanimantes, lo que Cuba necesita es una fuerza interna que no parece tener como equipo para salir de terapia, ganarle a Panamá, que ya tiene un triunfo, y esperar por el otro milagro de las matemáticas

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Los cubanos hicieron gala otra vez de la carencia ofensiva de que padecieron en el primer partido. (Foto: Yuhki Ohboshi ).

Con ventilación artificial y sacando cuentas. Así anda el equipo cubano que interviene en el Quinto Clásico Mundial tras la derrota 6-3 vs. Italia que lo tiene con pie y medio fuera de la competencia.

Pero para salir con vida de la terapia intensiva a que los envió el elenco europeo, lo primero sería intentar ganarle a Panamá, su rival de esta noche pasadas las once, hora de Cuba, después aspirar a otra victoria ante los locales de Taiwán y esperar por que sus rivales pierdan y la clasificación entre en el mundo de las combinaciones matemáticas con el llamado TQB.

Lo que sí está escrito sobre tierra asiática es que Cuba ha pasado a ser, hasta ahora, algo así como el ridículo del torneo, con dos derrotas en igual cantidad de salidas, la última de ellas ante un Italia que le jugó sin complejos para escribir un suceso inédito en este tipo de eventos con su primer triunfo.

Ya se había dicho que los italianos no eran tampoco el manjar que nuestra selección manejó a su antojo y al cual le ganó fácilmente durante años. Dirigidos por un mánager conocedor, Mike Piazza, los se armaron de las mejores piezas posibles, con hombres que han ganado en experticia por su roce con el béisbol profesional norteamericano.

Y hay que decir que les tomaron el pulso a los cubanos. De la mano de un pitcheo de mucho control y de velocidad nunca vista en un equipo de ese país y también de un bateo oportuno, doblegaron a los nuestros en un partido que les exigió el extra, al punto de irse a extrainning.

Lo primero fue soportar la presión de cinco innings sin anotaciones por ambos bandos, gracias al duelo sostenido por los abridores Roennis Elías, por los nuestros, y Matt Harvey, por los italianos.

Pero los cubanos hicieron gala otra vez de la carencia ofensiva de que padecieron en el primer partido, cuando no pudieron fabricar ninguna carrera con dos hombres en circulación sin outs en el tercer capítulo, pese a tener a Yoan Moncada y Luis Robert en orden sucesivo.

Desde ese momento, la presión de los antillanos subió en medio del estadio intercontinental de Taichung. Una situación similar se dio en el quinto, con dos hombres en base, pero Moncada volvió a fallar ante los envíos de hasta 99 millas de Andre Pallante.

Mientras, los italianos eran capaces de descifrar los envíos del relevista intermedio José Ramón Rodríguez y abrieron la pizarra en el sexto y agregaron la segunda en el séptimo, aprovechando la inefectividad de Naykel Cruz y sin importar la alcurnia japonesa de Liván Moinelo, en un inning donde pifió Yoenis Céspedes, en claro anuncio de que los cambios introducidos en la alineación no fueron del todo felices. Y aquí las interrogantes entraron al campo: ¿Naikel por encima de Moinelo, con un juego tan cerrado y comprometido?

Con el juego 2-0 y con el sufrimiento apoderado de la afición, Cuba empató a duras penas al cierre del séptimo por hit de Arruebaruena, error en los jardines italianos y hit de Lorenzo Quintana. Después negoció el empate con doblete de Alfredo Despaigne y hit de Arruebarruena.

Pero el gasto quedó ahí. Italia encontró un buen cerrojo para al cierre del noveno, cuando Cuba no pudo aprovechar su condición de home club para dejarla al campo y obligó al extrainning para completar una historia de la que se hablará por largo rato.

Los italianos le supieron adivinar los envíos a Raidel Martínez y sobre todo a Onelkis García y anotaron cuatro, para dejar sin aliento a los antillanos, sin la capacidad suficiente para remontar una diferencia ganadora y así entrar a la sala de cuidados intensivos donde ahora están.

Es verdad que Armando Johnson introdujo cambios en la alineación que le impuso la entrada de Despaigne y, además, le quitó a Quintana la responsabilidad del quinto bate. Solo que su valor no dio para mover a los hombres que menos le han producido en dos partidos: Moncada, Luis Robert y Yoenis Céspedes, aunque compilen de 22-2 entre los tres.

Y si tuvo que dejar a Yoelquis Guibert es porque el santiaguero no le ha dejado otra opción, pero prefirió sacrificar a Roel Santos, un primer bate natural, antes que someterse a una decisión ante los que parecen ser los inamovibles de las Grandes Ligas. 

Eso de los inamovibles también va con mantener a Quintana detrás del plato, donde ha cometido todos los errores posibles de un receptor

Más que medicamentos reanimantes, lo que Cuba necesita es una fuerza interna que no parece tener como equipo para salir de terapia, ganarle a Panamá, que ya tiene un triunfo, y esperar por el otro milagro de las matemáticas.

Después de apostarlo todo a sus negociaciones con los cubanos profesionales que juegan fuera, Cuba está por firmar su acta de defunción para irse en la primera ronda y escribir la historia más triste y decepcionante de sus participaciones en cinco ediciones del Clásico.

Lo peor es que, en la cama de al lado, agonizan, sin oxígeno suficiente, las esperanzas de un país que ve cómo otra vez su béisbol está por morir, quizás, de manera irreparable. 

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

3 comentarios

  1. que se vallan a picar marabú , ojala y panamá les gane para que se vallan con la cabeza entre las piernas

  2. Para que un equipo Cuba vuelva a los planos estelares hay que cambiar muchas cosas y dentro de ellas, la estructura de las series a todos los niveles y desde las categorías más pequeñas, hay que preparar manager con nivel cultural y técnico y mentalidades distintas y en los que se rompan esquemas tradicionales que ya están obsoletos y que los eventos internacionales se encargan de demostrárnoslos sistemáticamente, hay que preparar a nuestros manager y técnicos en correspondencia con la evolución que ha tenido el beisbol en el mundo en los últimos 20 años y sí hay que copiar de las escuelas de MLB americana y japonesa, que son las que marcan las pautas internacionalmente en este deporte, hay que permitir que nuestros mejores peloteros jueguen en ligas profesionales, que las series nacionales se desarrollen con mayor rigor sistémicamente, perfeccionar los sistemas de entrenamientos y preparación de los equipos en todas las categorías y romper de una vez y por todas con el tabú de que los directores de equipos tienen que ser seleccionados de los mejores jugadores de este deporte y lo digo porque Serbio Borges nunca jugo pelota, su formación fue academia y fue uno de los mejores manager que ha pasado por la pelota cubana, por lo tanto, hay que volver a las academias provinciales y que por ella pasen técnicos calificados de ligas internaciones que nos ayuden a rectificar lo que no estamos haciendo bien, por solo mencionar alguna de las medidas que me vienen repentinamente a la mente.

  3. Todo lo que dices es verdad y celebro que, aun y cuando nos queda por enfrentarnos con los equipos mas fuertes e incluyo, a Panamá que ha demostrado en varios eventos que tiene clase y garras para enfrentarse, sin vacilaciones, a sus adversarios sin importarles su categoría, todavía pienses que tenemos posibilidades matemáticas, lo cual no deja de ser verdad, en cambio yo siendo realista y atendiendo al desempeño individual y colectivo de nuestro equipo, considero que nuestra eliminación del clásico ya es cuestión de pocas horas y como siempre digo, ojala y la realidad me demuestre que estoy equivocado.

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