El 4 de junio se celebra el Día Mundial del Corredor, una ocasión perfecta para rendir homenaje a un deporte que ha dejado una huella profunda en la historia de Cuba: el atletismo. El deporte rey en Cuba ha brindado innumerables triunfos y momentos de alegría, con figuras que han brillado en los escenarios más importantes del mundo.
Desde el primer día que se escuchó el crujir de las zapatillas en las pistas cubanas, el atletismo ha sido sinónimo de esfuerzo y dedicación. Recordemos a Félix Carvajal, el “Andarín Carvajal”, quien en los Juegos Olímpicos de 1904 dejó una marca imborrable al finalizar en un meritorio cuarto lugar en la maratón. Este evento no solo marcó el inicio de la historia del atletismo en Cuba, sino que también inspiró a futuras generaciones a seguir sus pasos.
En 1905, se celebró la primera competencia oficial en la isla, un tope bilateral entre el Vedado Tenis Club y la Universidad de La Habana. Este evento fue el primer escalón hacia el establecimiento de una cultura atlética que, con el tiempo, se institucionalizó con la creación de la Federación Cubana de Atletismo en 1922. Así, el país comenzó a forjar su camino en el mundo de este deporte.
Las victorias no tardaron en llegar. En 1926, Troadio Hernández se convirtió en el primer campeón cubano en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. También en esa cita alcanzaron títulos José Santurjo, del salto con pértiga, Luis Lewis (jabalina), Pedro Rodríguez (impulsión de la bala) y Sergio Macías, en el triple salto.
Rafael Fortún hizo historia al ganar las pruebas de 100 y 200 metros en los Juegos Panamericanos en 1951, convirtiéndose en el primer campeón de Cuba en este tipo de certámenes.
El triunfo de la Revolución de 1959 trajo consigo nuevas glorias como Figuerola, que se destacó al ganar la medalla de plata en los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, contribuyendo a escribir una nueva página en la historia del deporte cubano. Sus éxitos fueron el reflejo de un país que comenzaba a florecer en el ámbito atlético.
Momentos memorables como el récord mundial de Pedro Pérez Dueñas en el triple salto en 1971 y las hazañas de Alberto Juantorena en Montreal 1976, donde se coronó campeón en 400 y 800 metros, en esta última especialidad con primacía del orbe de un minuto, 43 segundos y 50 centésimas. Son solo algunas de las joyas que adornan la rica historia del atletismo cubano.
María Caridad Colón, quien ganó la medalla de oro en el lanzamiento de jabalina en Moscú 1980, se erigió como la primera mujer latinoamericana en alcanzar este logro. Su triunfo, junto al de otros grandes como Javier Sotomayor, Ana Fidelia Quirot e Iván Pedroso, ha inspirado a generaciones enteras de atletas.
El atletismo cubano no solo es un cúmulo de medallas y récords, sino un legado de perseverancia, esfuerzo y pasión. Estos atletas, con su dedicación y talento, han llevado el nombre de Cuba a lo más alto, mostrando al mundo que la isla tiene mucho que ofrecer en el ámbito deportivo.
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