Mientras mis manos lo permitan voy a estar creando (+fotos)

Así lo asegura William Estrada, reconocido artista plástico espirituano, quien ha dedicado al arte y la creación más de 50 años de su vida

A sus casi 78 años William Estrada continúa entregado a su gran pasión: la creación artística. (Fotos: Cortesía del entrevistado)

William Estrada es un artista plástico espirituano que ha dedicado al arte y la creación más de 50 años de su vida. Es un hombre que se distingue por una humildad y sencillez extremas, a pesar de la notoria belleza de sus producciones artísticas.

A lo largo de su carrera ha incursionado en las más disímiles facetas del arte, como la plástica, el trabajo con madera, la dirección artística, producción de escenografías y guiones, así como el diseño gráfico; a lo que es necesario sumar sus habilidades para trabajar el papel maché, técnica con la que logra convertir materiales reciclados en bellas obras de arte y a la que ha dedicado la mayor parte de sus producciones comerciales.

¿Esa faceta artística viene de la familia?

“En mi caso es algo que viene en la sangre, mi papá Pedro Estrada Ávila era pintor, él fue quien me atrajo al mundo del arte. Recuerdo que tenía un taller donde trabajaba en sus pinturas, y de sus tres hijos el único que entraba a hacer desastre (sonríe) en ese cuarto era yo. Siempre, desde niño me atraían mucho las manualidades, muchas veces hacía muñequitos, pelotas y juguetes que les vendía a mis amiguitos.

“Fue mi papa quien dejó fluir esa vena artística mía y me inscribió en la Academia Interamericana a principios de los años sesenta, para comenzar mi formación como artista. Y, luego seguí mis estudios en la Escuela de Artes Plásticas de la calle Máximo Gómez en el año 1963 o 1964, centro del que fui fundador”.

William completó su formación en la Escuela de Instructores de Arte de La Habana, además de asistir varios cursos de dirección artística, escenografía, guion, y el de técnica de papel maché; curriculo al que se suman más de 50 años de experiencia profesional asociada al arte.

“Luego de graduarme trabajé como instructor en escuelas del municipio de Cabaiguán hasta inicios de los años ochenta, y ya luego comencé como artista independiente y afiliado al Fondo Cubano de Bienes Culturales de Sancti Spíritus, centro del que soy orgullosamente fundador, y al que siempre he acompañado y apoyado.

“También, fui director artístico en la Casa de la Cultura de Sancti Spíritus. Además de diseñar y montar la escenografía del teatro Principal, y otros lugares afiliados a la cultura por varios años.

“Además, disfruté mucho mi etapa preparando espectáculo en el Centro de la Música, en particular recuerdo el año 1991, cuando organicé un encuentro de tríos que tuvo gran aceptación por parte del público”.

Las Ferias de Arte Popular que se hacían entre Sancti Spíritus y Ciego de Ávila con carácter bienal fueron momentos que quedarán marcados siempre en la memoria de William, no sólo por los reconocimientos que allí obtuvo, sino por todo lo que aprendió y vivió en esos eventos que suele evocar con sonrisa y algo de nostalgia.

“Las Ferias de Arte Popular de Ciego eran una gran alegría para mí, comenzaba a prepararme con mucha antelación. Recuerdo, que en la última edición que se celebró hice una escenografía muy grande, que me asustaba mucho porque la producción implicaba varios retos.

“Entonces, se me ocurrió utilizar un coche de las parrandas de Zaza, y lo llevé hasta allí e incluso conseguí dos caballos de papel maché; los caballos tenían las patas partidas y los arreglé. Puse a los dos animadores dentro del coche, de modo que no se vieran y salieran al comenzar el espectáculo. Fue una gran sorpresa para todos y es un momento que recuerdo con mucho cariño; además de que en esa edición obtuve la Medalla al Mérito Artístico”.

William disfruta mucho el diseño gráfico, del que es un gran apasionado.

¿Cómo llega hasta usted la técnica del papel maché y la idea de dedicarse a ello?

“Yo, realmente, desconocía todo lo relativo a las potencialidades que tenía el papel maché como técnica y me limitaba a utilizarlo a modo de complemento en mis trabajos hasta el año 1970. Pues fue ese año cuando tomé un curso intensivo y vi todo lo que con ello se podía hacer.

“Pero no fue hasta varios años después cuando me dediqué por completo a esta técnica de forma comercial, pues yo trabajaba la pintura, pero se me hacía muy difícil conseguir todos los materiales necesarios, y entonces comencé a apostar por el papel maché; los materiales de esta técnica son fáciles de conseguir y reciclados, otro motivo que me atrajo”.

Además, de su trabajo como artista William disfruta mucho el diseño gráfico, del que es un gran apasionado, quizá por ello durante varios años su taller fue el lugar idóneo para la confección de múltiples carteles que recorrieron todo Sancti Spíritus.

También se desempeñó como metodólogo de Artes Plásticas y jefe de instructores, años que recuerda con mucho amor.

“Me gusta mucho enseñar a la gente, compartir lo que sé. Disfruté mucho la etapa en la que impartí varios círculos de interés para personas de todas las edades; niños y ancianos aprendieron a trabajar el papel maché, y a veces cuando me mostraban los trabajos quedaba gratamente sorprendido por la creatividad y calidad de los trabajos de mis alumnos”.

¿Es usted muy perfeccionista con sus trabajos?

“Sí, me gusta que mis obras tengan calidad. Muchas veces, aunque las personas me digan que se ven bien los trabajos, yo los deshago y vuelvo a comenzar, pues disfruto entregar a los clientes un producto con todas las de la ley”.

Con casi 78 años usted sigue entregado al arte, ¿no piensa descansar?

“Mientras mis manos y lucidez lo permitan voy a estar creando. Para mí el arte y la creación, más que un trabajo, son mis pasiones, algo que está en mí y de lo que nunca voy a poder desprenderme.

“Ahora tengo mucha dificultad con los materiales, pero intento buscar y buscar para hacer algo, aunque sea pequeño. Siempre estoy buscando inspiración, a veces en un cartón o un trozo de alambre veo potencialidades y lo aprovecho. Y en mi taller puedo pasar horas sin darme cuenta, es mi esposa quien viene a avisarme que llevo mucho rato encerrado trabajando, pero es eso lo que me hace feliz.

“Siempre he sido fiel defensor de que quien ama lo que hace nunca sentirá que es una obligación, ni un trabajo, y yo amo el arte y todos los procesos creativos que lo rodean”.

Gabriela Estrella Cañizares

Texto de Gabriela Estrella Cañizares

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