¿Agua por señas en Trinidad?

Mantenimiento en las redes, apoyo de otros organismos con carros cisternas y exploración de terrenos para establecer cargaderos emergentes intentan aliviar la crisis. Si bien San Pedro ha escuchado el ruego de los trinitarios en los últimos días, la sequía no cede terreno en el territorio sureño. En estos momentos

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Los carros cisternas abastecen a buena parte de la población. (Foto: Vicente Brito)

Mantenimiento en las redes, apoyo de otros organismos con carros cisternas y exploración de terrenos para establecer cargaderos emergentes intentan aliviar la crisis.

Si bien San Pedro ha escuchado el ruego de los trinitarios en los últimos días, la sequía no cede terreno en el territorio sureño. En estos momentos San Juan de Letrán y la cuenca subterránea Santiago Escobar aportan alrededor de 100 y 120 litros por segundo, respectivamente; situación que provoca un ciclo de seis días como promedio para el abastecimiento a través de las redes hidráulicas. En algunos repartos como La Purísima el lapso puede alcanzar hasta los nueve días o más.

En materia de suministro, la villa no exhibe un panorama halagüeño. Lo confirma Michel Sorroche Ruiz, director de la UEB Acueducto del municipio, al referir: “Aunque las recientes lluvias favorecieron la fuente de abasto San Juan de Letrán, en la medida que disminuyan las precipitaciones aumentarán las afectaciones a la mayoría de los consejos populares de la localidad, viéndose más perjudicados las zonas de Monumento, La Chanzoneta y Centro. Además, la cuenca subterránea se encuentra en estado de alarma al reportar niveles muy por debajo de lo establecido para el aprovechamiento, y las comunidades rurales de Limones Cantero, Manaca, La Pedrera y La Chispa presentan roturas en sus bombas”.

Ante el árido paisaje, organismos como Flora y Fauna, el Ministerio de la Construcción, entre otros, suman sus pipas a las siete pertenecientes a Acueducto en aras de paliar la situación en los 19 asentamientos que reciben el líquido por dicha vía. En estos momentos, de los 22 vehículos iniciales se encuentran en activo 14 a causa de fallas mecánicas.

Pese a que el funcionario insiste en la reparación de más de un centenar de salideros, el agua todavía se escurre, tal vez por la obsolescencia de las redes hidráulicas o porque han renacido solo en papeles. En este sentido, La Chanzoneta, La Pitilla, La Mano del Negro y La Popa figuran entre las más afectadas.

“De no revertirse la situación en Santiago Escobar, Trinidad enfrentaría por primera vez una sequía sin precedentes. Por eso el bombeo disminuirá a 16 horas. Actualmente se estudia el terreno para el posible establecimiento, a largo plazo, de cargaderos emergentes ubicados en Piti Fajardo, La Paloma, Algaba, entre otras comunidades, si la cuenca subterránea no puede seguir en explotación”, acotó Sorroche Ruiz.

Desde el 2010 la Ciudad Museo está inmersa en un proceso inversionista que debe fortalecerse hacia 2016. Mientras las mejorías se hacen visibles, los trinitarios continúan aferrándose al mínimo indicio de aguacero, con la esperanza de que no llegue el tiempo en que deban aprender rituales aborígenes para invocar la llegada del agua.

Carlos Luis Sotolongo Puig

Texto de Carlos Luis Sotolongo Puig
Autor del blog Isla nuestra de cada día. Especializado en temas de patrimonio cultural.

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