Los reyes del pastoreo en La Sierpe (+fotos)

Dos jóvenes trabajan desde hace años en el Centro de Atención a la masa ganadera, en la Granja Botijuela, devenido colectivo laboral. De su pasión por la ganadería le hablan a Escambray

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Yunier Valdivia Carmenate, jefe del centro, devenido en Colectivo Laboral, siente que su compromiso es con la ganadería. (Fotos: Xiomara Alsina/Escambray)

 “Si en tiempos de lluvia o de frío no asistiéramos al trabajo entonces las vacas, los terneros, los caballos y los carneros se quedarían sin alimentarse”. Con esta máxima se levantan cada día dos jóvenes ganaderos de La Sierpe, los mismos que, apenas adolescentes, se vincularon a las labores en el pastoreo de animales, en lo que muchos llaman Centro de Recepción de la masa, sitio que acoge a los animales para mejorarlos y luego venderlos a otras unidades, ya sea para su desarrollo o reproducción.

Yunier Valdivia Carmenate, jefe del centro, devenido en Colectivo Laboral, en el lote La Estrella situado en el área de recepción de Boquerones, siente que su compromiso con la ganadería le llega desde que era un niño, cuando su propio padre, Roberto Valdivia, reconocido y respetado en esas tierras por su devoción al oficio, lo subía sobre el lomo de un caballo para desandar los potreros de la hoy Unidad Empresarial de Base Integral Ganadera, perteneciente a la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro.

Con la oscuridad todavía en el cielo sale Didier diariamente de su hogar para atender los animales en el pastoreo.

“Todos los animales que se adquieren en diversas partes de la provincia pasan por nuestras manos, aquí se despuntan, hierran, y clasifican, antes de distribuirlos para las diferentes UBPC ganaderas de La Sierpe. Las cifras varían, pero casi siempre superan los 300 ejemplares, y para ello contamos con 32 trabajadores, entre monteros, cuidadores de ovinos-caprinos, custodios, personal de cocina y otros”, aclara Yunier.

“Yo me levanto diariamente entre las cuatro y las cinco de la mañana —apunta—, según la labor que tenga que hacer en el día, así ha sido siempre, porque el verdadero ganadero es el que amanece y se acuesta pegado al campo. Luego organizo la actividad y doy tareas a los demás, porque aquí todos hacemos lo que sea preciso para asegurar que las cosas marchen bien”.

El Centro de Recepción de la Masa acoge animales de otros municipios para luego venderlos con fines de desarrollo o reproducción.

¿Cómo logra hilvanar todas las tareas? 

“Yo vivo aquí más que en mi propia casa, pero para mantener estas áreas limpias hay que guapear y, aunque nos apoyan con equipos mecanizados para chapear aroma, siempre es necesario utilizar alguna gente para pasar el machete y dejar concluida los potreros. Claro que los conocimientos nunca son suficientes y mi mayor escuela ha sido estar pegado a las patas de los animales.

“Por ejemplo, aquí el ganado se divide en los que son de pastoreo chiquito y las gestantes, que llevan otro tratamiento. Pero en el caso de los carneros, cuando están de destete, mandamos los machos para la tarima de la fábrica de pienso y las hembras van pa’l Centro de Desarrollo en Guanaral Alto”, explica Valdivia.

Con Didier Pérez Torres, el brazo derecho de Yunier, la conversación gira en otras direcciones. “Aquí hago lo que sea necesario, desde atender una res, herrarla, o cambiarla de sitio, hasta dar de comer a los carneros o curar a cualquier animal enfermo. Todo lo he aprendido sobre la marcha, porque empecé siendo muy jovencito y no he hecho otra cosa en mi vida que lidiar con animales”.

Desde la localidad de Boquerones, un sitio relativamente cerca de este lugar, sale Didier diariamente y, con la oscuridad todavía en el cielo, se le escucha llamando a las reses y trajinando en los potreros.

“Me traslado en mi volanta, así ha sido por muchos años, desde que dejé los estudios y comencé a trabajar aquí, pero hago lo que me gusta, y eso quiere decir que no puedo desprenderme de la ganadería ni de los animales por un segundo. Que nadie ponga en duda que este oficio se aprende en los potreros y, aunque mi familia no es de tradición ganadera, a mí me atrapó desde que era apenas un adolecente”.

Las jornadas en el centro son de sol a sol.

¿Y cuándo descansa?

“Casi nunca, pues el trabajo no espera y tampoco puedes delegar mucho en los demás porque todos tienen un amplio contenido. Desde este lugar nos movemos hacia diferentes áreas, ya sea en la costa o en la zona de Romero, donde quiera que existan animales debemos atenderlos. Pero estamos esperanzados con los resultados económicos que tendremos ahora, después de habernos declarado Colectivo Laboral, porque en cada tarea que desarrollamos está la posibilidad de incrementar los ingresos y, al final, poder repartir utilidades.

“Por eso cuando me preguntan sobre mi oficio siempre respondo que yo soy montero, ganadero, obrero agrícola, cuidador de reses, reparador de cerca, veterinario, en fin, soy integral, hago cualquier tarea porque de eso se trata”, aclara el joven Didier.

Para estos dos expertos ganaderos de La Sierpe la responsabilidad está a la orden del día. La atención a cinco unidades vinculadas a su colectivo, muy distantes una de otras, resulta uno de los mayores retos, pero ellos están ahí, tratando de cumplir con todo; aunque para eso tengan que salir de sus casas antes de que canten los gallos y regresar cuando ya la Luna esté en lo alto del cielo.

Xiomara Alsina

Texto de Xiomara Alsina
Reportera de Escambray por más de dos décadas. Especializada en temas socioeconómicos.

Comentario

  1. Una vez más se confirma que en el sentido de responsabilidad, la consagración al trabajo y el amor con que se ejerce el mismo, radica un porciento importante de los buenos resultados y los logros que se pueden obtener en cualquier actividad productiva y si se trata de ocupaciones relacionadas con el manejo de los animales en la esfera de la ganadería, estos principios cobran mucha más importancia con independencia de la disponibilidad de recursos que se dispongan para ello y justamente basado en este criterio, se sustentan las inobjetables razones que existen cuando se nos convoca a solucionar en cada lugar los problemas subjetivos, al margen de los problemas objetivos que puedan existir..

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