Cuando el fomentense Julio César Pedraza Estrada se inclinó por la pedagogía deportiva y, mucho más, por la Educación Física hizo un pacto de fe que dura ya más de dos décadas de trabajo y le reservó el más reciente de sus éxitos: ser seleccionado como el mejor de la provincia en esa especialidad el pasado año.
Ello explica cómo ha podido cultivar todo tipo de enseñanza, mucho más cuando se sabe que esa disciplina llegó a él como un regalo del destino. “Trabajaba en el Inder municipal como trabajador fijo y estaba en el equipo provincial de fútbol. Apenas me gradué en el 2002 en el primer curso de habilitados para profesores de Deporte y Educación Física, me ubicaron en el sector de Educación como profesor de la asignatura. Nunca entendí el cambio, pero hoy agradezco ser parte de ese sector y trabajar en una institución educativa”.
Lo de fútbol tiene que ver con una pasión personal que cultivó desde niño: “Participé en todas las competencias nacionales de alto rendimiento desde la categoría 11-12 años y luego jugué 11 campeonatos nacionales con el equipo de Sancti Spíritus. Tras el retiro como atleta, seguí aportando en calidad de árbitro nacional con una participación muy activa en eventos provinciales y nacionales de ambos sexos, incluso he sido reconocido como el mejor del municipio y también de la provincia”.

Niños de varias escuelas han bebido de su sapiencia: la Manuel Fajardo Rivero, de la Enseñanza Primaria de Fomento; la Academia Provincial de fútbol; la Ciudad Bolívar, del gobierno distrito capital en Venezuela, y la especial José Antonio Echeverría, del territorio donde hoy se desempeña.
“Con el cambio de enseñanza buscaba acercarme a mi vivienda. Me hicieron una propuesta y no dudé en aceptarla. Amo a mi profesión y eso es fundamental para trabajar en una enseñanza que requiere de mayor empeño. Es cierto que es complicado, pero que, a pesar de ser niños con necesidades educativas especiales, se motivan, se emocionan y prestan atención, brindan lo mejor de sí para la práctica del deporte.
“Por todo ello me siento motivado y comprometido con esta enseñanza, como dice nuestro lema: ‘Quiero ganar, pero si no puedo ganar, quiero ser valiente en el intento’. En mi modesta opinión, los resultados que hemos tenido obedecen a mis conocimientos en las diferentes áreas del deporte y a la manera que enfrento a mis educandos. Es verdad que siempre quiero ganar, pero acá defendemos ese concepto de que todos somos ganadores”.
Y para ello emplea diferentes métodos propios como el juego, la repetición, la elaboración conjunta, pero nada como “el amor que tiene mucho que ver con este tipo de enseñanza. Todo se hace impulsado por la paciencia, la entrega, el cariño, la perseverancia y la dedicación con que puede un profesor impartir su trabajo”.

Más allá de las medallas y los lugares conseguidos, para Julio lo mejor que queda tras cada saldo “es la satisfacción, el profundo cariño hacia ellos y sus familias quienes mantienen un estrecho vínculo con la escuela. Me satisface verlos insertados en la sociedad como hombres de bien, con buenas actitudes y conductas adecuadas. Eso me hace sentir orgulloso de haber formado parte de su enseñanza”.
Suena extraño que en un territorio sin costas este hombre haya impulsado el desarrollo del voleibol de playa. Pero, licenciado en Cultura Física y categorizado como docente especialista, Julio se ha permeado de los conocimientos y también del empeño para enseñar la disciplina a escolares de todos los niveles educativos y realizar proyectos de investigación sobre el deporte.
Su labor como docente e investigador es amplia, tanto por los cursos impartidos como recibidos sobre diferentes materias y de diversas categorías académicas. Todo ello le ha permitido compartir la Educación Física con otras áreas del deporte; es también profesor de fútbol en el combinado deportivo Daniel Alberto Calderón y apoya diversas acciones de recreación.
La vida ha premiado su versatilidad y constancia al llevar hasta el podio de premiaciones a nivel municipal y provincial a selecciones tan diversas como el béisbol five, la gimnasia musical aerobia, el beisbolito, el fútbol para todos, el baloncesto, programas A jugar…
Para merecer el reconocimiento como mejor profesor de Educación Física de la provincia en 2024, Julio rebosó su currículo de motivos. Además de arrasar en su municipio en casi todas las labores que desempeña, en la provincia repitió la condición en el Balance del Inder- Mined, obtuvo el primer lugar en el Concurso de Clases de Educación Física y resultó mejor árbitro de fútbol. Por los resultados integrales en varias disciplinas, sus alumnos se llevaron un inédito segundo lugar de su municipio en las Olimpiadas Especiales
El aporte de sus atletas fue decisivo también para que la provincia lograra el segundo lugar en las Olimpiadas Especiales Nacionales. Un punto culminante lo rubricó cuando su alumno de años Yoandy Ledesma se alzara con una medalla de oro y una de plata en los Juegos Latinoamericanos de Olimpiadas Especiales de Asunción 2024.
“Es cierto que a veces no doy abasto con tantas tareas, más la vida cotidiana, pero cuando algo me apasiona, trato de planificarme teniendo en cuenta mis prioridades para cumplirlas todas sin afectar la calidad. Además me gusta ayudar a quien lo necesita. No está en mi contenido laboral, pero he apoyado la práctica y selección de equipos que han representado al programa A Jugar del territorio a instancias superiores, así como el asesoramiento a otros profesores para su categorización como maestros especialistas”, puntualiza finalmente.
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